Bravo! De no ser por el nerviosismo de tu movimiento constante, y las caras de estatuas de algún que otro anfitrión, y un cambio de escenario... digamos un bar de París, cerquita de algún puente, hubiera estado perfecto. Gritondo hondo hondo, cuánto cambiaría todo si muchos gritos fueran una especie de tifón social.
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ResponderBorrarLo he matado
y baila tango
el muy pendejo.
Bravo! De no ser por el nerviosismo de tu movimiento constante,
y las caras de estatuas de algún que otro anfitrión, y un cambio de escenario... digamos un bar de París, cerquita de algún puente,
hubiera estado perfecto.
Gritondo hondo hondo, cuánto cambiaría todo si muchos gritos fueran una especie de tifón social.
Felicitaciones,
Saludos,
C.